Friday, July 24, 2009

“No les voy a dar chance ni de ir al baño”

Como siempre gracias por los comentarios enviados respecto a la última columna. Luis, con respecto a lo que dices del formato me gusta la idea de enfrentar a los dos mejores equipos en el 1er juego. Sera la única manera de garantizar que jueguen por lo menos una vez. Y el torneo empezaría aun con más euforia.
Ahora a lo que les prometí. El 16 de Abril asistí al concierto del Sonero del Mundo, Oscar de Leon en Dallas. Se presento en un club que se llama Carsons Live en el norte de la ciudad. Como yo sabía que me iba a quedar un poquito lejos, a media hora, y nunca había ido al sitio, me fui temprano a eso de las 8. A las 8:30 estaba ya instalado en el club siendo uno de los primeros clientes en llegar. Es un local inmenso, como todo aquí en TX, con tres bares y ambientes distintos. Déjenme decirles que fui al concierto solo, aunque dicen que es pavoso no tuve otra alternativa. Es difícil encontrar gente conocida que le guste la salsa brava. Los que yo conozco por aquí que se tildan de salsomanos, se emocionan más si los invito a ver a Eddie Santiago!!! El lugar se empezó a llenar mientras el DJ los ponía a bailar, mayormente con merengue y bachata hasta que se decidió a poner un remix de Héctor Lavoe. En lo que escuche la voz de Héctor me decidí a sacar a bailar a la primera desconocida bien parecida que vi, y no titubeo ni un segundo en darme una rotunda negativa alegando que estaba cansada. Maldito DJ que la canso a fuerza de bachatas…Me repuse pensando “yo estoy aquí por Oscar y aunque es difícil mantener los pies tranquilos cuando escuchas a la Fania, me decidí no intentar mas y volver a conversar con quien se convirtió en mi mejor amigo esa noche: el bartender. La cosa se puso un poco más difícil ya que después de Héctor el desgraciado DJ decidió tocar un potpurrí del Gran Combo. Mientras el bartender me hablaba, nunca supe ni de que, yo movía la cabeza de arriba abajo pretendiendo estar de acuerdo con el, pero por dentro el alma, el espíritu y mi atención soneaban con Charley Aponte. Así pasaron las horas hasta que como a las 11:30 el presentador interrumpió la música y dijo: “nos informan que ya Oscar viene por la 635” esa es la autopista que lleva a Carsons. Allí decidí despedirme de mi amigo con un apretón de manos y entregándole mi tarjeta, por si acaso conoce a alguien que quiera ser Agente de State Farm. Me dirigí entonces hacia el frente de la pista casi pegando la cintura de la tarima. Para ese entonces ya habían bastantes muchachas bonitas, latinas por supuesto, aunque ahora no recuerdo si era por el efecto de las Coors Light que me había tomado. Para ese entonces el local se veía lleno y yo estaba en la posición perfecta para vacilarme a Oscar en vivo por 1era vez. Como es la vida, tener que venir a Dallas TX, para ver a mi compatriota en persona. Poco a poco empezaron a aparecer en tarima caras conocidas. La presencia del gordito que siempre canta con Oscar, no me sé el nombre pero es el que hace de Vladimir, me hizo saber que ya iba a empezar la vaina. La adrenalina me empezó a subir a medida que la gente me aprisionaba contra la tarima. Finalmente estaban casi todos los músicos montados, por supuesto como buenos músicos latinos, probaron cada instrumento y micrófono como mil veces. Fue casi media hora de repiques y “probando, probando, si, si”. Mientras estaba aprisionado con la tarima pude ver hacia la zona VIP del club y adivinen a quien reconocí? nada más y nada menos que al futuro Hall de la Fama Omar Vizquel, acompañado por su esposa (duda: la esposa de Vizquel no y que es gringa? Esta era rubia pero bailaba salsa demás???) Y también estaba Elvis Andrus, el probable novato del año de la liga americana (duda # 2: Elvis aparece registrado con los Rangers con 20 años de edad, y estaba en este club donde solo se admiten mayores de 21???) También vi a Max Ramirez quien para ese entonces todavía estaba con los Rangers y no lo habían bajado a AAA. Así que todos los peloteros Venezolanos de los Rangers acudieron a la cita a apoyar a su paisano. Una prueba más de que la pelota y la salsa siempre van de la mano. Continuara en la próxima entrega…