Tuesday, September 22, 2009

“No les voy a dar chance ni de ir al baño Parte Final”

Gracias mi gente por sus comentarios. Por lo que leo hay material para discutir la influencia e historia de los grandes soneros y quienes han sido los más importantes. Por ahora voy a terminar con la crónica del concierto del Diablo… Oscar y su banda seguían echando. Siguió con Calculadora, Mi morena, el Cachumbambé, Irimo, entonces vino una parte que hasta el día de hoy no deja de sorprenderme. Empezó a pedirle al público que le pidieran lo que quisieran escuchar. Empezaron las peticiones de todos lados, “siguaraya” grito uno y antes de terminar el grito ya Oscar estaba marcando para empezarla. La razón por la que digo que me sorprende es la siguiente: Varios de los músicos que acompañan a Oscar son bastante jóvenes (se dice que Oscar no paga muy bien y por eso esta continuamente renovando la nomina, no se) particularmente los metales (y el que tocaba los timbales parecía que tenia 15) O sea que esos músicos no han pasado toda la vida tocando música de Oscar me imagino yo. Cuando la gente pide una pieza de las miles que ha grabado Oscar, ¿como hacen los músicos con los papeles? ¿Tocan así de oído? Músicos de la fanaticada por favor envíen sus respuestas. Y seguían pidiendo, Oscar decía ¿cual, Monta mi caballo? Ahí va…Un novio se solicita, de ti enamorado, mis hijos…entonces yo dije, coño esta vaina no puede ser, debe haber algún truco, a lo mejor el ya sabe cual es la canción que sigue en el orden y ¿espera a que la pidan y entonces la marca??? Me dije voy a pedir una a ver como es la vaina. Grite con toda mis ganas una de mis favoritas “Melao de Caña” y cual fue mi sorpresa. Oscar mirándome dijo “ah, tu quieres Melao de Caña” maestro, one, two, one two three y sin caerlos a cova la banda arranco a tocarla. Ahí sí que me dejo loco. Bueno me imagino que esos músicos son lo que le llamábamos antes guataqueros, no necesitan papeles. Continuo la rumba y Oscar pregunto, ¿donde está Vizquel? y ahí se vino el grande liga al escenario. El mundo sabe de las manos prodigiosas de Omar cuando juega al Short Stop, lo que muchos no conocen y de lo cual tuve la suerte de ser testigo esa noche es que el tipo toca timbal y bien. No es un virtuoso ni nada por el estilo pero los que saben de salsa saben que ese es un instrumento difícil de tocar particularmente para las salsas cabillosas de Oscar. La primera que toco con Vizquel fue el frutero, a los panas que han seguido a Oscar de siempre desde que estaba con la Dimensión Latina saben que el sonido sabroso de la dimensión lo caracterizaba el chapeo del timbal, así que Vizquel se gozo su bola chapeándole al son del frutero. Entonces invito al escenario a un salsero local. Un tipo ahí que no recuerdo el nombre pero que es Venezolano y tiene un grupo de salsa en Dallas. El tipo se canto Taboga, que ya la habían tocado, pero sirvió para relajar un poco los ánimos. Siguió con otro bolerazo de la época “en la última carta que escribí…) volvió a caldear los ánimos con Juancito Trucupey y Juanita Morey. Ya marcaban caso las dos de la mañana y como ustedes saben por estos lados la ley dice que los locales deben cerrar a esa hora, así que Oscar complaciendo otra petición se arranco con “El Derecho a Nacer” coño yo creo que no escuchaba esa canción desde los 70s. Se despidió con la banda tocando los acordes del Alma Llanera para ponerle fin a una noche super Venezolana en el norte de Texas. Aunque no me invitaron, les apuesto que ellos siguieron su rumba en la casa de Vizquel. Siempre se ha comentado que las rumbas en la casa de Omar son legendarias, así fuera en el Cafetal, en Seattle, En Cleveland, en San Francisco o en Dallas. Me fui de regreso a la casa pensando en la ironía de que Oscar tiene tanto sabor que aunque la canción sea triste y sea casi una denuncia social, la gente la baila y la celebra con furor y alegría. Todo el camino a la casa no se me salía de la cabeza el son de “malas las mujeres que abandonan niños”