Monday, August 17, 2009

No les voy a dar chance ni de ir al baño parte 2

Gracias por sus comentarios. Douglas, que bueno que tuviste la oportunidad de ver a Oscar como VIP. Me imagino como te la rumbeaste. También gracias por la lista de contactos. Se me triplico la audiencia en un día. Bienvenidos amigos! Yo soy el hermano menor de Douglas que vive en Texas y este blog es sobre pelota y salsa escrito por un Cumanés de pura cepa. Los invito a que revisen las entregas anteriores pa’ que no le pierdan el hilo a la vaina. Y por supuesto envíenme sus comentarios. Continuo con el concierto de Oscar D’Leon en Dallas…Llego así pues el momento esperado. El pianista marco el un, dos, un, dos, tres y parararaaaapa, parararara, los tan conocidos trombones de lloraras empezaron y apareció el sonero del mundo en tarima. Qué momento mágico! Al mismo tiempo que Oscar chocaba la mano con los asistentes y caminaba hacia el centro de la tarima mi mente se fue volando hacia el pasado. Ya no me importaban los empujones que me daban, ni los borrachos a mi derecha, ni las mujeres buenísimas a mi izquierda. La presencia de Oscar y el son de lloraras me regalo un viaje al pasado. En ese momento solo existían Oscar, su música y mis recuerdos. Como dijo el Mariscal “jamás he tenido sentimiento mas agradable que recordar mi infancia”…Cumana y el Tocuyo, mi papa y su eterno argumento de que Oscar era el mejor salsero del mundo solo para llevarle la contraria a dos liceístas (mi hermano Luis y yo) que defenderían a Rubén Blades hasta la muerte, mis hermanos salseros todos, la calle Los Silos, las verbenas del Sucre en el Casino Militar, los quince anos (invitado o coleado), los juegos en el universitario, la dimensión latina, la cota 905 con mis panas del equipo de softball de EFE, San Luis y Mochima, mi compinche Arturo, los cubanos en Lansing que idolatraban a Oscar...cuantas memorias trae la música de ese tipo. De repente regrese a la actualidad y allí estaba Oscar echando con una energía atípica de una primera pieza de un concierto. Sin parar y casi antes que terminara lloraras ya estaba marcando la entrada para “no se tire compay hágame caso mire que se va a caer”. Ya la euforia estaba por los cielos, y yo pensando, cono Oscar vino por la goma, esto como que va a ser cabilla tras cabilla. Siguió sin descansar con “yo me voy pa’Cali, yo también me voy” dedicándosela a las mujeres Colombianas, las que estaban al lado mío levantaron la mano sintiéndose aludidas y yo hice lo mismo. A lo que una de ellas me pregunto, Tu eres Colombiano? Por supuesto le dije…”De Barranquilla”. Luego de tres canciones por fin le dio una pausa a los músicos y nos saludo con una amenaza que para mi sonó mas bien a dulce promesa “ NO LES VOY A DAR CHANCE NI DE IR AL Baño". Y seguían las cabillas, detalles, a papa, mi bajo y yo, taboga, siéntate ahí, manisero. Una de las cosas que no entiendo de Oscar es que con tantas canciones buenas que ha grabado porque se empeña en cantar vainas que no son de él. Canto El Rey (hay que decirle que ranchera con banda de salsa suena feísimo) y la media vuelta. También se tiro unos boleros, que aunque no es lo suyo, no estuvo tan mal, Como fue, En mi viejo San Juan, hasta se invento tocar el pajarillo. Esa vaina sonó feísima. Pero las cabillas que toco hacían olvidar los inventos. De hecho menos mal que canto El Rey, porque desobedeciendo su promesa ahí fue que aproveche de ir al baño. Siguió la lluvia de cabillas y empezó a dejar que las mujeres se montaran en la tarima. Bailo con cada una de ellas, inclusive una rubia que se monto que bailaba buenísimo y tenia un descote grandes ligas, mientras bailaba Oscar intento acercarse a las montañas de pecho que tenia la muchacha lo cual la ahuyento y salió volada de la tarima. Me pregunto si aquellas acusaciones contra Oscar hace tantos años eran ciertas? Mientras bailaba y se le arrimaba a otra de las muchachas comento, “esto es mejor que jugar short stop” mirando hacia la zona VIP lo cual arranco las carcajadas de los dos short stops de los Rangers, Vizquel y Andrus. En la próxima entrega les comentare sobre el final del show…

8 comments:

jimmy maguida said...

Epale Cesar, no se si te acordaras de mi, soy Jimmy Maguida, musico amigo de Douglas tu hermano y tambien tu papa...que forma de narrar tan buena muchacho, describes buenisimo, sobre todo a las Colombianas(jejeje)>comparto cosas contigo, yo me quedo con Maelo como sonero mayor y tambien me inclino con Ruben Blades, siempre he creido que el dicho popular es sabio, zapatero a sus zapatos, Oscar en sus inventivas no me ha convencido para nada, respetando su inmenso filling para lo suyo, la salsa, de ahi no te metas Oscarito ni en rancheras, ni boleros ni mucho menos tango, que fue una de sus ultimas incursiones...ya va....luego de leer en otra oportunidad la ultima parte del show, seguire despotricando, digo, comentando...gusto en saludarte, un abrazo a la distancia....Jimmy Maguida

Unknown said...

Diablo Cesar, que maldito blog. Ni Juan Vene narrando un juego lo pudo hacerlo mejor. Leyendo tu blog me transporto a el concierto con Oscar. El blog me hizo trazar mi relacion con Oscar. Como Newyorkino criandose en los setentas y ochentas Oscar no estaba en mi radar. Acuerdate, que yo me crie en el apogeo de la salsa erotica que por desgracia y los medios de comunicacion se me hice dificil conectar con esa historia legendaria de la salsa brava e.g. La Fania y La Dimension Latina ect. (Por cierto creo que algunas canciones de la salsa erotica con el tiempo han anejado
y son buenas. Te menciono Mia de Eddie Santiago (no te rias) que tiene un arreglo no superficial y te sorprenderas. Tambien me crie durante el nacimiento del Rap y Hip Hop que tambien nosotros los Latinos (vease los articulos del profesor NewYorican Juan Flores) tuvimos un papel fundamental en su creacion y desarollo en el Bronx.
Pero regresando a Oscar, a los finales de los 80s yo no lo conocia. Estaba en el Palladium que estaba en la catorce y tercera avenida en Manhattan para ver en ese entonces mi idolo: Luis Enrique el Nicaraguense y que Luis Enrique Saldivia me conto fue el ultimo conguero o bongocero de la Fania. Luis Enrique salio vestido de blanceo y toco sus canciones. "Desesperado asustado buscando siempre el amor..." y "Que sera de mi cuando tu pienses de mi...al escuchar esa vieja cancion que una vez mi dedicaba..." Si conocia al Gran Combo.
Imaginate, yo practicaba con sus canciones en mi barrio. Para un Latino estar en el Palladium escuchando y bailando salsa era una demostracion de mi cultura en un pais predominantemente no Latino. Bueno, no sabia quien le seguia a Luis Enrique pero el anfitrion grito "Oscar de Leon" y ahi se rompio la copa de mi realidad. Para mi Oscar era la representacion completa de una historia musical. No se como explicarlo pero para mi Oscar hereda todo de la musica tropical . En el esta el Benny More, Vicentico Valdez Billo, Joseito Mateo etc. Y su negritud le tambien representa otras series de retos. Esa noche sali del Palladium convertido. No sabia las canciones, eso vendria una decada mas tarde cuando conoci a mi compadre Luis Enrique de Cumana en Michigan que comenze a memorizar las canciones y sus coros que me han enriquecido mi vida como "Montame mi caballo" "Calculadora" y el coro de la cancion que dice: "Yo te lo dije que me confiara que mi cariiino yo a ti te lo daba...culebra!" Tremendo artista.
Para mi depende de mi expectativas Si quiero cabillas de barrio y fiesta y sin tener que intelectualizar la vaina, me voy con Oscar. (Tuve la dicha de ver a Oscar de nuevo con mi compadre Luis en Chicago y todavia me acuerde del tremendo show que dio Oscar). Si quiero conciencia politica con Son del Solar detras, Ruben. Y no te olvides del Cano Estremera que para mi esta dentro de los mejores soneros del siglo 20

Sigue escribiendo Cesar. Como dice el bachatero Antony Santos "Me gusta esa vaina!"

Paulino

Unknown said...

Tuky, leerte es tan bueno como oir tus cuentos en vivo y directo, aunque des chance de ir al baño, no provoca perderse ni una palabra, un beso para ti, para Krista, tomo mi cariño y la bendcion a Diego y Antonio
luisana

Tradiciones venezolanas said...

Suscribo completamente la sabia frase de mi amigo el Dr Eduardo Paulino, cuando dice (me parece estarlo escuchando personalmente):"que maldito blog".
Es muy grato leer la entretenida narrativa de esta columna, cuyo desarrollo nos hace vivir lo allí registrado, gracias Cesar.
También estoy de acuerdo con Jimmy y con Cesar en que Oscar, uno de mis soneros favoritos debería tener cuidado en sus incursiones en otros géneros. Sin embargo, su trayectoria y su brillante trabajo que es admirado en el mundo entero, le permite ciertas libertades, quizas algunas con resultados más felices que otras.
A mi en lo particular me gusta solamente en la música tropical caribeña, incluyendo algunos boleros como "mi adorada", "Taboga", "Quisqueya" y algunos otros pocos como el que dice "En la última carta que escribí, decide el acuerdo entre los dos...." ah mundo, qué música más buena.
Cambiando de tema, que Oscar "bucee" a las chicas bien dotadas, ya sea de manera natural o artificial, no es culpa de él, esos descotes son pa eso, mi hermano,ja ja.
Sobre la salsa erótica, definitivamente no me gusta y no creo que llegue a gustarme algún día. Pero algo es cierto como dice Paulino, el fenómeno de ese género en Centro América y el Caribe fue algo asombroso.
Por darte un ejemplo, mi esposa, que no es precisamente salsera, estudió bachilerato en Centro América, Costa Rica y Guatemala, y se sabe de memoria una gran cantidad de temas de Luis Ennrique y de Jerry Rivera. Yo creo que por un gran aparato de mercadeo éso era lo que se escuchaba en la radios y en los locales.

Nostalgicamente conmovido disfruté la evocación hecha en la columna de Cesar acerca del tiempo en bachillerato en mi querida Cumaná, recuerdos inolvidables que seguirán en la mente de quienes están allá, de quienes estamos un poco lejos, de quienes están muy lejos y de quienes físcamente no están, maravillosos recuerdos.
Para terminar quiero feliciar desde mi comentario al autor del blog quien tiene la dicha de haber recibido recientemete la llegada de su segundo retoño, Antonio Paúl Saldivia Budreau, NAGUARÁ.
Un abrazo, hermano y seguiremos leyéndote.
Douglas

Cesar Saldivia said...

Gracias a todos por sus comentarios. Ya se que me he tardado en contestar y en escribir sobre el final del show. Lo que pasa es que estos ultimos dias han estado un poco complicados. Para muestra un boton.Nuevo chamo, mudandome para Houston desde Michigan con toda la familia y el perolero. Pero en lo que baje la marea les cuento el final de la vaina

Luis Enrique said...

Cesar tremendas entradas con lo del concierto de Oscar.
Hay muchas cosas que comentar sobre lo que has escrito y sobre los comentarios que te han dado. Hoy solo voy a tocar el tema del valor de Oscar como sonero.
Como tu sabes yo comencé a escuchar salsa a través de Rubén y realmente el primer disco que de verdad me convirtió a la salsa completamente y para siempre fue el de Siembra. Realmente yo no escuchaba, por lo menos sentado, ningún otro salsero. Entre Plástico, Pedro Navaja, Ojos, Manuela, El Nacimiento de Ramiro, Maestra Vida, Tiburón y Ligia Elena, se pasaron gran parte de mis primeros años. En esos años comenzaron también de las discusiones con papa de que Oscar era mejor que Rubén, sobre lo cual yo siempre creí que el solo lo decía por llevar la contraria. No había forma de que me convenciera de que letras como “esa negra tiene coimbre-Cuando paso por su casa le toco el timbre” ó “Siéntate allí pa que Cua Cua, para que veas al nene” y mucho menos, para mi cuando comenzaba el gusto por los números, “Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis” se pudieran comparar con lo que Rubén ya estaba lanzando: “pónganle un letrero que diga en esta playa solo se habla español” o con “se ven las caras de trabajo y de sudor, de gente de carne y hueso que no se vendió, de gente trabajando buscando el nuevo camino, orgullosa de su herencia y de ser latino.”
Pero una cosa que le agradezco a mi papa es que me ofreció la oportunidad de escuchar a Oscar a una edad temprana, aunque yo no tenía la madurez para entender que la salsa se puede apreciar desde perspectivas diferentes, y de paso muy valiosas, a solo enfocarse en la letra.
El primer abrir de ojos sucedió en 1992, cuando ya yo estaba dando clases en la Simón Bolívar. En la inauguración de la Expo Sevilla se realizó un concierto de salsa que mostraría lo mejor del género en ese momento. Los organizadores decidieron llevar a la orquesta de Tito Puente y los cantantes invitados fueron Rubén, Cheo Feliciano, Celia Cruz y Oscar. ¿Oscar? Así mismo fue. O sea, que no solo los organizadores pensaron que Oscar estaba al nivel de los otros invitados, sino que los demás invitados estuvieron de acuerdo que Oscar debía estar en ese grupo. Y de paso, Oscar se robó el show.
Cuatro años mas tarde conocí en Michigan a un grupo de refugiados Cubanos con los cuales jugábamos béisbol, y después de cada juego la tomadera de cervezas en casa de estos comenzaba y terminaba con la música de Oscar. Un ídolo para todos los cubanos que conocí. Sabían mejor que yo la discografía, tenían videos con los conciertos, se sabían los pasos de baile de Oscar, se sabían las improvisaciones de todas las canciones, incluyendo lo del timbre y la clase de matemáticas antes mencionadas. Bueno un repertorio de admiración completo. Allí, entre cerveza y cerveza, de tanto escucharlo entendí y valoré mucho más claramente la música de Oscar. No se puede negar que su música tiene una identidad tremenda, quizás heredada de la Dimensión Latina, que el se ha encargado de importar y representar muy bien.
Un año mas tarde y como lo contó Paulino, lo vimos en vivo en Chicago. Olvídate de rancheras y tangos. Allí lo que llovió fue salsa. De “Llorarás” hasta “El que siembra su maíz” la banda estuvo montada, Oscar improvisando como nadie y dominando la escena, marcando las canciones siguientes antes de terminar la que estaba sonando. Dos sets que todavía recuerdo claramente, sobre todo las cuatro horas de camino para llegar directo y enrratonado a dar clase de cálculo en Michigan a las 9 de la mañana. Creo que fue una de las peores clases que he dado en mi vida, pero la que he dado con más gusto.
Como vez, me tomó mucho tiempo y el reconocimiento de mi papa, de expertos en salsa, de los panas cubanos, escucharlo fuera de una pista de baile, analizarlo en detalle bajo la lupa infalible de las cervezas, y verlo en vivo para decir con la propiedad que me dan estos años que Oscar es uno de los mejores soneros en la historia de la salsa.

Tradiciones venezolanas said...

Epa Cesar, me alegro mucho que el tema planteado en nuestro blog (porque ya no es solamente tuyo, es de nosotros también y de todos los que con entusiasmo lo reciben) genere comentarios y se preste como espacio para plasmar ideas y opiniones.
Estoy de acuerdo con Luis y Oscar será por siempre una orgullosa referncia del talento venezolano.
También suscribo que en la salsa y en la música tropical caribeña el puro sabor tiene su lugar especial, sin dejar de valorar la denuncia social (que también tiene su espacio.
Por ejemplo los temasm más famosos del Gran Combo de Puerto rico, en su mayoría tienen poca letra y muchísimo sabor, coño, es música pa bailar y punto y cómo se goza.
así mismo otros intrepretes como la Sonora Ponceña, hasta el mismo Rubén.
Lo que pasa es que para esa música que aparentemente no tiene crítica social o mensaje amoroso es necesaria y los latinoamericanos somos amantes de la rumba sólo por la rumba, forma parte de nuestro diario, del diario del barrio, del diario de la ciudad aunque sigamos padeciendo las mil y un vainas.
Como dice Rubén en una famosa improvisación "venga América Latina vámonos a guarachar", que siga sonando el Diablo y nos siga deleitando con su inagotale talento.
Saludos hermanos y amigos
Douglas

Soliu said...

Epale mi gente!
Es indudable la fuerza que tiene Oscar, al igual que otros cantantes, a la hora de presentarse en vivo. Ese carisma incluso perdona que desafinen, o que su voz se diferencie de la que escuchamos grabadas (me refiero a los cantantes producto de mezclas y digitalizaciones).
Algo que señala César, sobre la actitud con la muchacha que bailaba, sólo nos recuerda que ellos son seres humanos, con virtudes y defectos, y el hecho de tener ese talento no asegura que sea una buena persona en sí. No sé si recordarán que los hijos ya no cantan con él, debido a una noche escandalosa en un hotel donde descansaban durante una gira, y se presume que hasta drogados estaban.
La salsa es tan buena, que da para todos los gustos, de allí nacen tantas variaciones. Lo negativo es que el mal gusto también se abre paso, y hay canciones, cantantes y grupos que dan pena ajena. Y lo peor, dejar que invadan por completo el espacio...
Nunca he estado en un concierto en vivo de salsa. Pero sí he sido testigo de la magia que se crea al escuchar buena música en vivo, con sus improvisaciones, y el chorrerón de energía que fluye desde y hacia el escenario.
Un abrazo hermano!!!